Un jefe que da todas las respuestas crea equipos pasivos.
Un líder que clarifica dirección y formula preguntas crea equipos que piensan, resuelven y ejecutan.

Liderazgo tradicional:

“Este es el problema, esto es lo que hay que hacer.”

Liderazgo real:

“¿Qué observas? ¿Qué lo causa? ¿Qué has intentado? ¿Qué aprendiste?”

Gestionar con propósito

Tu función no es apagar incendios; es elevar la capacidad del equipo para que el fuego no se repita.
En vez de dictar soluciones, ayudas a interpretar el sistema: qué factores afectan el rendimiento y qué acciones deben asumir ellos.

¿Qué provoca esto en la operación?

• El equipo desarrolla pensamiento causal, no reactivo.
• Avanza de síntomas a causas raíz.
• Los problemas se resuelven más rápido porque quien está más cerca del trabajo sabe cómo atacarlos.
• La organización deja de depender del “héroe” y construye capacidad sostenible.

Aplicación inmediata

Cuando una métrica se va a rojo, pregunta:

1️⃣ ¿Qué pasó? (Hechos)
2️⃣ ¿Por qué crees que pasó? (Análisis)
3️⃣ ¿Qué intentaste? (Iteración)
4️⃣ ¿Qué ayuda necesitas? (Soporte)
5️⃣ ¿Cómo sabes que esa es la causa raíz? (Evidencia)

La parte difícil

Requiere paciencia.
Pero el retorno es enorme: un equipo que piensa, propone y ejecuta sin esperar órdenes.

Los líderes directivos llegan rápido a su límite.
Los líderes que desarrollan capacidades… escapan del techo operativo.

Tu movimiento hoy

En tu próxima reunión, cuando alguien presente un problema, haz tres preguntas antes de dar cualquier orientación. Observa cómo cambia su forma de pensar.

¿Quieres escalar tu liderazgo y transformar la operación de tu taller? Hablemos.

Reevo