Por Gustavo Huicochea Hernández. Reevo.
A todos nos agrada leer o escuchar opiniones positivas acerca de la forma en que trabajamos, de igual manera, tendemos a sentirnos agredidos por opiniones que no concuerdan con nuestra forma de pensar, sin embargo, ambas pueden ser de utilidad para nuestro negocio si sabemos utilizarlas adecuadamente.
Que los clientes se sientan con la confianza de mencionarnos lo que les gusta, o no les gusta, nos permite atender de manera inmediata sus expectativas, comunicarlas, analizarlas e integrarlas en nuestro proceso si fuera necesario. Esto puede parecer sencillo, sin embargo, la verdad es que la mayoría de esta información se pierde en el día a día sin implementar mejoras. Veamos cómo evitarlo.
Aprendamos a escuchar lo que se dice y lo que no
El primer paso para identificar las necesidades del cliente es escuchar, y es que si bien, algunos clientes acostumbran a decir explícitamente lo que quieren, debemos ir más allá y preguntar lo que no dicen, ¿qué estamos haciendo mal? ¿cuál de nuestros esfuerzos valora más? ¿qué le molesta? ¿qué deberíamos cambiar? ¿prefieren ciertas marcas de refacciones? ¿les gusta más un acomodo u otro? ¿la persona que lo atiende le da la información de manera clara? ¿alguien ha sido grosero con ellos? ¿tienen un asesor de servicio preferido? ¿cómo considera la limpieza de su vehículo en la entrega? ¿recomendaría esta empresa? ¿recomendaría a algún técnico en específico? ¿recomendaría algún servicio? ¿podríamos agregar algún servicio adicional?
Debemos aceptar que no todas las respuestas a estas y otras preguntas serán agradables, sin embargo, documentarlas ayudará a que no se repitan. Por otro lado, no es necesario interrogar al cliente de manera directa, mucha información puede surgir de manera informal y deberemos estar atentos para poder identificarla.
¿Qué hacemos con esta información?
Las opiniones de los clientes siempre son valiosas, y complementarlas con la opinión del equipo de trabajo nos dará una perspectiva completa de lo que involucraría implementarlas o no. Para esto podemos apoyarnos de una reunión formal, un grupo de WhatsApp, email o en una plática ocasional con los involucrados. Después de esto, toda la información debe ser analizada por el equipo directivo para determinar los pros y contras. Para esto las podemos clasificar de la siguiente manera:
- Cosas que deberíamos estar haciendo y no se hicieron
- Beneficios por los cuáles el cliente estaría dispuesto a pagar más
- Beneficios que le gustarían al cliente, pero no estaría dispuesto a pagar por ellos
Es importante clasificar de esta manera las opiniones para valorar aquello que podemos implementar y realmente será rentable, ya que, en ocasiones, se implementa todo tipo de requerimiento de los clientes sin poderlo cobrar, lo cual, termina representando menor margen de utilidad.
Es hora de tomar acciones
En caso de que identifiquemos áreas de oportunidad deberemos agregar puntos de control para asegurarnos de que se cumplan, modificar el flujo de trabajo si fuera necesario y capacitar al personal involucrado para que estén conscientes de las nuevas actividades a su cargo. De esta manera, la empresa se mantendrá competitiva con un sistema que le permitirá mantener la preferencia de sus clientes y atraer a más personas que valoren sus productos y servicios.
En Reevo implementamos protocolos y herramientas para mantener al personal atento de todas las opiniones de los clientes, identificamos si lo que solicitan está alineado con la estrategia del negocio e implementamos aquello que haga que su empresa alcance sus objetivos. Contáctenos.
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